jueves, 16 de mayo de 2013

Bienvenidos, adentraos en mi nueva historia!

Buenaaas :) A ver, me presento, soy Andrea, hace dos años escribía en blogger, en otros cuatro blogs que tenía. Lo dejé ya que se acercaba el verano, no tenía inspiración, solo ganas de pasarlo bien y al final me alejé poco a poco de aquí. Hace poco me volvió a picar el gusanillo de escribir y me puse con una nueva historia, que es la que publicaré en este blog. Dejé la otra que tenía a medias aquí http://andrea-historiasdeadolescentes.blogspot.com.es/ y dentro de poco subiré algunos capítulos para acabarla, por si alguno quiere leerla está a tiempo! En ese mismo blog publiqué también otra que si que acabé. Bueno, las historias que escribo son sobre amor, amistad, traiciones, desamores... cosas que empiezan a experimentar los adolescentes según van creciendo. Espero que os gusten, sobretodo esta, ya que según creo, es mejor a las anteriores ya que he ido mejorando la manera de escribir.
He decidido empezar de cero en este blog, ya que en el otro tampoco es que me leyese mucha gente después de estar dos años desaparecida, sé que me costará conseguir que la gente encuentre y lea mi historia, pero poco a poco espero que se vaya dando a conocer. Intentaré publicar a menudo, pero tampoco todos los días, con el instituto y todo tampoco tengo tiempo, y también necesito algo para mí y para salir jaja. Aquí os dejo el primer párrafo de la historia para ver qué os parece y para que vaya llegando gente por aquí. Espero que os guste.


Y releo su vieja carta. Se me empañan los ojos con la última frase: "Te amaré siempre pequeña, te lo juro". Y de repente, como una niña pequeña que no consigue que sus padres la compren esa muñeca que tanto quiere, rompo a llorar. Estoy sola en mi cuarto, una habitación pequeña, rectangular, de paredes de un color azul cielo, con las cortinas de la ventana blancas. Al fondo está mi cama, llena de peluches y cojines con forma de corazón y a la derecha un gran armario, que aun así no me parece lo suficientemente grande para la ropa que me gustaría tener. A la derecha tengo una pequeña mesa de escritorio y encima, colgado en la pared, un corcho lleno de fotos de mis amigas y de mis cantantes preferidos. En fin, no es gran cosa que se diga, pero es el lugar donde paso la mayor parte del tiempo, pensando, reflexionando y pasando el rato simplemente, es el único lugar de esta casa donde me siento a gusto.