jueves, 24 de octubre de 2013

Capítulo 1


Y releo su vieja carta. Se me empañan los ojos con la última frase: "Te amaré siempre pequeña, te lo juro". Y de repente, como una niña pequeña que no consigue que sus padres la compren esa muñeca que tanto quiere, rompo a llorar. Estoy sola en mi cuarto, una habitación pequeña, rectangular, de paredes de un color azul cielo, con las cortinas de la ventana blancas. Al fondo está mi cama, llena de peluches y cojines con forma de corazón y a la derecha un gran armario, que aun así no me parece lo suficientemente grande para la ropa que me gustaría tener. A la derecha tengo una pequeña mesa de escritorio y encima, colgado en la pared, un corcho lleno de fotos de mis amigas y de mis cantantes preferidos. En fin, no es gran cosa que se diga, pero es el lugar donde estoy la mayor parte del tiempo, pensando, reflexionando y pasando el rato simplemente, es el único lugar de esta casa donde me siento a gusto.
-Evaaaa - grita mi madre.
Exacto. Esa soy yo, Eva Carrasco. Soy, desde mi punto de vista, una chica rara, diferente, especial, no sé ni siquiera por qué, pero me siento distinta a las demás, aunque simplemente, soy yo misma. Tengo 14 años, aunque aparento casi unos 16. Tengo el pelo largo, ligeramente ondulado y moreno. Soy de estatura media y estoy  más bien delgadita, lo que a mi madre la pone de los nervios y hace que me insista siempre en que coma más. En los estudios no soy de las mejores, pero voy aprobando todo con esfuerzo. Me gusta quedar con mi grupillo de amigos, que ya os presentaré más adelante, y salir a cualquier lado a reírnos un rato. Bueno, y esa soy yo, una chica normalilla a simple vista, del montón, aunque algo soñadora, loca y tímida, que esconde un montón de secretos.
- ¿Qué quieres mamá? - la respondo secándome las lágrimas de la cara.
- Ves al supermercado a por huevos, ¡los necesito para la comida! - me grita mi madre por encima de la música que escucha en la cocina mientras hace la comida. Me levanto de la cama colocando un poco los peluches, guardo la carta en el cajón del escritorio y voy hacia la cocina.
- Toma - me dice mi madre extendiéndome un billete de 10 euros. - Trae una barra de pan también, por favor - Cojo el dinero y me lo guardo en el bolsillo del pantalón. Cojo el abrigo y las llaves, que guardo junto al dinero. Salgo de casa y corro escaleras abajo, apartando de mi mente el tener que esperar al lento ascensor. Una vez en el portal, me saco las llaves del bolsillo y entro al trastero, cojo mi bici roja y salgo a la calle, está nublado, monto en la bici y corro por las calles de un domingo frio, como otro cualquiera, de febrero. Esquivo a la gente que se echa a un lado asustada, voy rápido, pensando en llegar cuanto antes y poder volver a casa. Llego al mercado y encadeno la bici fuera, a una farola. Entro y voy hacia el fondo, donde está la panadería. Y de repente lo veo, nuestras miradas se cruzan, sus bonitos ojos azules me miran intensamente, está serio y va con otra chica... Rápidamente retiro la mirada, antes de que se me llenen los ojos de lágrimas otra vez. Y se me vienen a la mente miles de bonitos recuerdos...

6 comentarios:

  1. que bonito... me emocioné con el final. que pena :(. me encanta la historia.

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  2. el mío es: http://historiadeunamor12345.blogspot.com.es/. pásate :).

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  3. Hola! Antes de nada animarte a que sigas escribiendo me recuerdas a mi cuando tenia tu edad. Me encantaba escribir y de hecho me encanta aunque lo tenga un poco abandonado. Prometo ser asidua a tu blog
    Saludos http://elrincondefufu.blogspot.com.es/

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  4. Acabo de empezar la historia y me parece muy interesante ! Pásate por mi blog también escribo historias de este estilo. www.littledreams-aroa.blogspot.com.es

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