Al fin dejo de llorar, me paso la mano por la
nariz y me seco las lágrimas con la manga de la chaqueta. Levanto ligeramente
la cabeza e inspiro profundamente. Parece que ya no llueve tanto aunque los
árboles de la acera de enfrente se mueven bastante por culpa del fuerte viento
que se ha levantado. No sé cuánto tiempo habré estado aquí sentada, pero me han
parecido horas. Saco el móvil del bolsillo y veo un montón de llamadas perdidas
de Judith, de Sergio y de mi hermano. Marco el número de Vito, mientras saco un
chicle de la mochila.
-Vito, hola – le saludo cuando cojo el móvil.
Me sorprendo al escuchar mi propia voz. Carraspeo un poco para aclararla y lo
intento de nuevo. – No te preocupes, he estado dando una vuelta.
-Joder Eva, avisa antes o estate atenta al
móvil, estaba preocupado – me dice algo cabreado.
-¿Han dicho algo mamá y papá?
-No, no están en casa y no les he querido
llamar, pero vuelve pronto - me insiste.
– Bueno Eva, que me quedo sin batería, hasta ahora – se despide antes de que me
dé tiempo a explicarle nada. ¿Y ahora cómo vuelvo a casa? Suspiro desesperada y
vuelvo a mirar el móvil. Judith me ha escrito millones de whatsapp. Le cuento
brevemente lo que ha pasado cuando de repente me vibra el móvil, es Sergio.
-¿Si? – contesto tímidamente, atormentada por
la conversación de esta mañana.
-¿Dónde estás? – me pregunta aceleradamente.
-Pues no lo sé – le digo poniéndome de pie,
intentando buscar el nombre de alguna calle. – Calle de Pedrosa del Príncipe –
consigo ver.
-¿Qué ves a tu alrededor? – me pregunta
mientras oigo que arranca la moto al otro lado del teléfono. – Pues sólo veo
edificios.
-Dime el número del portal de alguno, rápido
Eva – me insiste.
-Cincuenta y cuatro.
-No te muevas – me dice mientras cuelga.
Me vuelvo a sentar en el suelo, me pongo la
mochila encima de las piernas, intentando que me dé algo de calor. Está claro
que Sergio es el mejor amigo del mundo entero. Me he pasado muchísimo con él
esta mañana y aún así en cuanto se ha enterado de lo que ha pasado ha venido a
por mí. Apoyo la cabeza en la pared y cierro los ojos, mientras respiro
profundamente. Los abro lentamente al cabo de unos minutos, cuando noto que
algo me roza la pierna, es un pequeño gatito blanco con algunas manchas negras.
Se frota contra mi pierna, alargo la mano y le acaricio su pequeña cabeza. Se
tumba a mi lado, dejando que le acaricie mientras empieza a ronronear. Le cojo
y le apoyo en mis piernas, le acaricio entre las orejas y abre los ojos, son
preciosos, azul cielo, me recuerdan tanto a la mirada de Alex… Apoyo la cabeza
en la pared suspirando y cierro fuerte los ojos, intentando que se alejen estas
ganas enormes de llorar de nuevo. Entre el recuerdo de Alex atormentándome constantemente
y Marcos, cagándola continuamente…
-¡Eva! – me grita alguien. Alzo la mirada y
veo como se acerca Sergio corriendo. Dejo al gatito en el suelo y me levanto
despacio. Sergio me abraza y me alza por los aires. – Estúpida, no vuelvas a
estar tanto tiempo sin contestarnos al móvil nunca más, estábamos preocupados –
me dice mientras me besa la frente y me vuelve a abrazar.
-Ya… Lo siento – le digo abrazándole fuerte,
escondiendo la cara en su hombro.
-Venga vamos, que estás empapada, me ha traído
mi hermana en coche que he tenido un pequeño problema con la moto. – Me dice
mientras coge la mochila del suelo y se la cuelga al hombro. – Eh, ¿y este
pequeñín quién es? – pregunta acariciando al gatito.
- Pues no sé, lleva aquí un rato conmigo.
- Parece abandonado, está demasiado sucio para
tener dueño – dice cogiéndolo del suelo.
- Pues ahora que lo dices, probablemente no
tenga dueño – le digo pensativa mientras cojo al pequeño arrebatándoselo de los
brazos a Sergio. - ¿Y si me lo llevo a casa? – le digo sonriente.
- ¿Crees que te dejarán tener un gato? – me
pregunta sorprendido.
- Lo dudo, pero no tienen por qué saberlo – le
digo decidida. Sergio se encoge de hombros y camina hacia el coche mientras le
sigo de cerca con mi nuevo amigo en brazos.
- Gracias por venir a por mí, en serio – le susurro
en el coche, estamos sentados en la parte de atrás, cada uno junto a una
ventanilla, llevo al pequeño gatito entre mis piernas. Su hermana conduce
despacio por las calles de Madrid, llueve muchísimo y apenas se ve nada más que
millones de gotas a través del cristal.
- No las des – me dice sin mirarme.
- Claro que te las doy, no me he portado bien
contigo, te he hablado fatal, no te he hecho caso, cuando llevabas razón, soy
una idiota y me merecía haberme quedado bajo la lluvia toda la tarde – le insisto
con cara apenada.
- Quizás me equivoqué, yo tampoco conozco a
Marcos, a lo mejor es mejor chico de lo que yo creo – me dice intentando
quitarle importancia al asunto.
- Sergio, no digas lo que no piensas – le digo
mirándole mal. – Me ha dejado tirada en la calle, no piensas que es buen chico,
para nada, y lo sabes.
- Bueno… yo… - no encuentra palabras y se
queda callado. Alargo la mano y le acaricio suavemente el brazo, él, sigue mis
dedos con la mirada. Subo y le paso la mano por el pelo, eleva la vista y me
mira, después le acaricio suavemente la cara y le doy un suave beso en la
mejilla, se revuelve nervioso, se ha puesto ligeramente rojo, sonrío, aunque ya
no me mira. Giro la cabeza, hacia el frente, veo entonces como su hermana
retira rápidamente la vista, estaba mirándonos por el espejo. Empiezo a
acariciar al gatito, hasta que llegamos a mi casa.
- Muchas gracias – le digo a su hermana
sonriente. –Sergio, hasta mañana – cierro la puerta del coche y corro al
portal, intentando mojarme lo menos posible. Llamo al timbre y espero unos
segundos, bien, parece que no hay nadie. Sujeto al pequeño gato con una sola
mano y busco las llaves en el bolsillo. Entro al portal, me giro y me despido
con la mano del coche, que arranca y baja la calle. Corro por las escaleras y
entro en casa. Dejo al gato en la cama y voy al baño a por una toalla, le seco
lo mejor que puedo y busco una caja, la más grande que encuentro. Oigo como se
abre la puerta y escodo al pequeñín en el balcón de mi habitación. Asomo la
cabeza por la puerta al pasillo, es Vito, está con una chica. Doy un paso hacia
atrás intentando ocultarme y que no me vea. No sé quien será esa mujer, pero
parece bastante mayor que mi hermano.
Sergio es amor, a ver si Eva se da cuenta de una vez de que Marcos es un cabrón y lo olvida de una vez.
ResponderEliminar¿Quién será la que entró con Vito?
Creo que acabara saliendo con Sergio,no lo se...Cuándo subiras el próximo capitulo?
ResponderEliminarAixxxxx me encantaaa Sergio!! :) Qué majo!! Haber si por fin se da cuenta Eva de a quién tiene que querer ^^ Sigue así, que se ha quedado muy interesante como siempre jeje
ResponderEliminarUn besito!!
Hola!! Acabo de descubrir tu blog y simplemente me encanta tu historia, tanto la trama como tu forma de escribir. Eres increible!!!! :)
ResponderEliminarSergio es sin duda encantador, espero que pronto Eva se percate de que es con él con quién ha de estar puesto que la ama de verdad y la hará feliz.
ResponderEliminar