- Llevo mucho tiempo esperando esto, Víctor –
susurra la mujer sensualmente, agarrándole de la chaqueta y acercándole a su
cuerpo. Mi hermano sonríe pícaramente y la besa. ¿Qué hace? Le sacará como unos
diez años por lo menos, o quizá más. Me escondo un poco más, dejando lo justo
para seguir viendo. Contengo la respiración para no hacer ningún tipo de ruido.
Se siguen besando, al principio suavemente, pero cada vez con más pasión. Mi
hermano la empuja hacia la pared y la besa, la besa sin detenerse un solo
segundo. Ella se retira unos centímetros, le sonríe, agarra su mano y tira de
él, metiéndose en su dormitorio. Vale, creo que ver a mi hermano así no debe de
ser bueno. Me meto en la habitación por completo y junto la puerta con cuidado.
Me siento en la cama y sacudo la cabeza intentando eliminar esas imágenes de mi
mente. Oigo como cierran la puerta. Pero, ¿quién será esa mujer? ¿Qué hace mi
hermano con una tía así? Además, hace tan solo unas semanas, Belén lo había
dejado. No entiendo nada.
Me levanto, me quito los zapatos para no hacer
ruido y voy con cuidado a la cocina, en busca de algo que darle de comer a mi
gatito. Cojo un cuenco y lo lleno de leche fría, vuelvo a la habitación igual
que antes, sigilosamente. Dejo el cuenco en el suelo del balcón y me voy a la
calle. Bajo por el ascensor, mirándome en el espejo e intentando arreglarme un
poco el pelo. Me siento en el escalón de la calle, en la puerta del portal.
-Eva, hola – me saludan. Levanto la cabeza y
miro hacia arriba. Belén, la ex novia de mi hermano. Hago un movimiento de
cabeza a modo de saludo, no se merece ni un simple ‘hola’. - ¿Qué haces aquí
fuera? – me pregunta. Subo y bajo los hombros a modo de respuesta. – Bueno, yo
había quedado con tu hermano – me dice acercándose al telefonillo.
-¿Qué? – la pregunto rápidamente, sorprendida.
- Me ha llamado hace un rato, me ha dicho que
viniese que tenía que hablar conmigo.
- ¿Qué? ¿Por qué? ¿De qué? - la pregunto poniéndome en pie delante de la
puerta.
- No lo sé, ahora me lo dirá – me dice
intentando llamar. Me pongo en medio, sin dejarla pasar, me mira extrañada.
- No está.
- ¿Cómo? - me pregunta arqueando las cejas.
- Ha tenido que salir – contesto intentando
pensar rápido. No puedo dejar que Belén suba y vea a mi hermano… así… con la
otra.
- ¿A dónde? – me pregunta ya nerviosa.
- Eh… a la farmacia – suelto sin pensar.
-¿A la farmacia? ¿Para qué? – dios, por qué
hace tantas preguntas.
- Es que estoy mala – la digo fingiendo que
toso.
- ¿Y estás aquí fuera? – me pregunta
levantando una ceja. Vale, está claro que mentir se me da bastante mal.
- Es que estoy esperando a un amigo – la digo.
– Bueno, tú vete, cuando venga Vito le digo que has venido y que se pase por tu
casa.
- No, da igual, le espero aquí, no debe tardar
mucho – dice sentándose en el escalón.
- Créeme, va a tardar.
- ¿Por?
- Porque ha ido a la farmacia de la calle de
abajo y no tenían el antibiótico y se iba a otra, puede tardar mucho – la
insisto agarrándola del brazo, tirando, haciendo que se ponga de pie.
- Está bien, si tú lo dices… Dile que luego me
llame entonces – me dice mientras se aleja.
me está encantando tu historia, espero con ansia el siguiente capítulo :).
ResponderEliminarWoooo me encanta la historia , epero que publiques el proximo capitulo pronto
ResponderEliminar¡Hola! Te hemos nominado para un premio en nuestro blog:
ResponderEliminarhttp://unrefugiopara.blogspot.com.es/ por favor pásate.
¡Enhorabuena!
Vas a seguir escribiendo o no? Por que llevas mucho sin escribir y ya casi se me ha olvidado la historia
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