Subo a casa,
aun no hay nadie, a saber dónde están. Me siento en el sofá y cojo el teléfono,
marco y me lo pongo en la oreja.
- Mamá, ¿dónde
estáis? - le pregunto cuando me coge el móvil.
- Estamos
con tu hermano, que necesitaba algunas cosas para el restaurante que le han
mandado comprar y hemos aprovechado a hacer la compra, enseguida volvemos, si
quieres ve cenando - me dice mi madre con voz alegre.
- Vale, adiós
mamá - y cuelgo. Voy a la nevera y cojo
una tartera con filetes de pollo y una botella de agua. Me voy a mi habitación
y enciendo el ordenador mientras me como un filete frío.
-¡Tía! ¿A
qué no sabes qué pasó ayer? – grito por el teléfono cuando Cris me lo coge.
- ¡Ei, ei,
no grites tanto loca! – me dice Cris medio riéndose. – Si ya lo sé todo, te
liaste con el guaperas ese de Marcos, me lo ha contado todo Jose, parecía
molesto, yo creo que le gustas – me dice riéndose a carcajadas.
- Va, venga
Cris no seas tonta, le gustas tú, ¿y cómo es que ya lo sabe? – le pregunto algo
extrañada.
- Marcos, se
lo contó a todo el equipo por el grupo de Whatsapp – me dice Cris como si fuese
algo evidente.
- ¿A todo el
equipo? Flipo… - le digo molesta.
- Bueno
venga es algo normal, ¿qué más te da? Además es guapísimo, ¿para cuándo la
boda? – dice Cris riéndose aún más que antes.
-Joder Cris,
¿no se puede hablar contigo enserio? – la digo cabreándome.
- Lo siento…
- me dice con voz arrepentida. – Bueno, ¿vas a contarme cómo fue o qué?
- Sólo
fueron cuatro besos tontos, luego me dejó su número – la cuento evitando los
detalles.
- Qué sosa
eres Eva, enserio, ¡así no le conquistarás nunca eh! – me dice prácticamente
gritando y con tono irónico.
- ¿Te
recuerdo quién le besó ayer? - la digo
chinchándola.
- Bah, pero
porque yo le gusto a Jose y es un buen amigo, si no habría ido a por mí y lo
sabes perfectamente- dice con tono de superioridad y al final se ríe.
- Tú
deberías salir con Jose, no está mal y así podríamos salir en parejitas – la
suelto de repente.
- Ni hablar
– dice rápidamente. – Si tanto te gusta sal tú con Jose y yo salgo con tu
chico, ¿no te parece? – dice bromeando.
- No, ni lo
sueñes, Marcos es mío y no hay más que hablar, aun que cuando ya no le quiera
te lo presto unos días - la digo
siguiéndola el royo. Juntas nos reímos hasta que oigo la voz de un chico al
otro lado del teléfono. – Eh, ¿qué se escucha por ahí? – pregunto curiosa.
- Nada, que
he quedado, luego hablamos, adiós Eva – me dice apresuradamente y, sin darme
tiempo a contestar, me cuelga.
Habrá
quedado con el chaval ese de 18 años que conoció en el partido de su hermano,
por eso ha colgado tan rápido, esta chica… Me dejo caer en la cama, mirando a
las estrellitas brillantes que aún tengo pegadas en el techo de cuando era
pequeña y tenía miedo a la oscuridad. Pienso en Marcos, en sus ojos oscuros, en
su sonrisa pícara, en sus besos… y sin querer, una sonrisa tonta se me dibuja
en la cara. Entonces me acuerdo de que me escribió su número de teléfono. Me
levanto, me acerco a la mesa de escritorio y cojo el móvil. Busco su nombre en
los contactos. Ahí está, lo ha guardado como Marcos guapo. Sin querer vuelvo a sonreír cuando lo leo. Me siento
en la cama y le llamo, al tercer bip me lo coge.
-¿Sí? ¿Quién
es? – me dice con una voz extraña, molesto por tener que contestar al teléfono,
quizás estaba haciendo algo. Me siento tentada de colgar, no molestarle y
llamarle en otro momento, pero ya que estamos…
- Hola
Marcos guapo – le saludo dulcemente con el nombre con el que guardó su número
de teléfono.
- ¿Qué?
¿Quién coño es? – suelta borde. Me quedo callada, hubiese sido mejor colgar o
no haberle llamado. – ¡Ah! ¿Eres Eva? – dice al cabo de unos segundos cuando
parece recordar.
- Sí – le
digo secamente y algo molesta.
- Perdón, es
que ahora no puedo hablar, estoy con… mi… prima - me dice. Me parece notarle indeciso, todo lo
contrario que ayer.
- ¿Quién es?
– escucho a una tercera persona de fondo, una chica, será su prima.
- Nadie, una
amiga – dice rápidamente Marcos.
- O sea que
sólo soy una amiga… - le digo ya cabreada.
- Venga Eva…
que ahora no puedo hablar, luego te llamo, ¿vale? Y claro que no, eres mucho
más que una amiga – esto último me lo dice susurrando.
- Está bien,
luego hablamos – le digo ya algo más calmada. - Adiós Marcos guapo – me despido
con una sonrisa en la cara.
- Hasta
luego señorita - me dice con voz dulce,
y cuelga.
Vuelvo a
estar en la cama tirada, aburrida y encima, pensando en él. Al menos ya no me
acuerdo tanto de Álex y Carmen, quizás sea verdad eso de que un clavo saca a
otro clavo. Me quedo un rato allí
tumbada, sin hacer absolutamente nada hasta que me quedo profundamente dormida.
que mierda es ese Marcos... Ya sabía yo que ese no iba a ser bueno :(. espero que la chica no sea Cris, porque si no es para romper la amistad.
ResponderEliminarya puse tu blog entre los que sigo, me encanta.
Me encanta esta novela,estoy super enganchada,escribes muy bien te felicito!
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