Caigo rendida en la cama, después de una larga
tarde de compras con mi hermano. Mi madre para animarle ha decidido comprarle
ropa e invitarle a cenar donde quisiese. No parece que esté mucho mejor, aunque
en algún momento me ha parecido verle una ligera sonrisa.
Alargo el brazo y cojo el móvil, que había
dejado cargando encima de la mesilla de noche. Vaya, tengo 7 llamadas perdidas.
Todas de Marcos, ¿qué querrá? Justo en ese momento vuelve
a llamarme.
-¿Sí?
- ¡EH! Llevo toda la maldita tarde llamándote,
¿dónde te habías metido? - me dice
prácticamente gritando.
- Con mi hermano – le contesto simplemente,
alucinando por su actitud.
- ¿Seguro? Más te vale que fuese con él y no
con otro chico – me dice con un tono bastante cabreado.
- He estado todo el rato con él y con mis
padres.
- Ajá, ¿y ahora añades a gente? Me estás
mintiendo Eva – me dice secamente.
- ¡Qué no Marcos! Te estoy diciendo la verdad
– le contesto ya algo desesperada.
- Más te vale, como me entere de que me
mientes… - dice con tono amenazante -
Bueno pequeña, me voy a dormir, un beso - me dice ahora con tono dulce, me sorprende
este cambio tan repentino de actitud pero me despido y cuelgo.
Me quedo mirando al techo, pensando en lo raro
que estaba Marcos. No es normal que se haya puesto así… ¿o sí lo es? Me rasco
la cabeza desesperada. Vuelvo a coger el móvil y miro las llamadas, una cada
media hora. Quizás es normal que haya pensado algo raro… no sé. Llamo a Judith.
-¡Eva! – me saluda alegremente.
- Pelirroja, ¿qué haces?
- Pues nada, tirada en la cama con el
ordenador, ¿y tú? – me contesta al cabo de unos segundos.
- Pensando – le digo fríamente.
- ¿En qué? – me dice inmediatamente. Entonces
le cuento lo de Marcos, lo de las 7 llamadas perdidas y su reacción. – Vaya… -
me dice simplemente.
- ¿Crees que es normal que se haya puesto así?
– le pregunto preocupada.
- Em… esto… pues no Eva. Me parece una
reacción exagerada, ¿acabáis de empezar y ya está así? Me parece que es
demasiado posesivo, y eso que te ha dicho sonaba a amenaza y no me gusta un
pelo – me dice Judith. Quizá tenga razón, me quedo un rato callada pensando, me
despido y cuelgo.
Me despierto sudando, el corazón me late
deprisa, me paso la mano por la frente y la tengo helada a pesar del sudor. Me
levanto despacio intentando no hacer ruido y voy al baño, me lavo la cara y me
mojo un poco la nuca, me miro al espejo, estoy pálida como un fantasma. Son las
ocho de la mañana, por lo que me visto y me peino rápido mientras espero a que
Judith venga a por mí como todas las mañanas antes de ir a clase. Me asomo por
la ventana y miro el cielo, está todo negro ya que sigue siendo de noche pero
se pueden distinguir unas nubes grises muy feas, por lo que me cojo el abrigo y
bajo al portal mientras espero. A lo lejos distingo una figura alta, es un chico,
va con una capucha y no se le ve nada la cara.
-Buenos días Eva – es Sergio.
-¿Qué haces tú por aquí? El instituto es por
el otro lado eh… – le digo sorprendida.
-Ya – me dice sonriendo. – Pero Judith no
podía venir, me ha dicho que viniese yo a por ti – me dice mientras hace un
movimiento con la cabeza señalando la moto aparcada en la otra acera.
-No creo que ese tal Marcos te convenga Eva –
me dice al llegar al instituto. Ya empieza otra vez… Le miro mal y sigo andando
sin comentar. – Es que siempre eliges mal, mira la otra vez con Álex, siempre
mal. Hay millones de chicos que están locos por salir contigo y eliges a los
peores.
-Bueno Sergio, vale ya, ¿no? – le digo
cabreada. – Si elijo mal es mi problema, no el tuyo.
-No Eva, sabes que no es así, si eliges mal se
convertirá en el problema de todos, y ese imbécil no tiene buena pinta.
-¿Por qué? – le digo muy seria.
-Oh, venga… ¿Te parece normal que a las dos
horas de haberos conocido te diga tantas ñoñerías? Ese va a lo que va y punto,
es imposible que en dos horas sin saber nada de ti se haya enamorado. Le flipa
tu cuerpo y ya está.
-Sergio, no tienes ni idea, no conoces en
absoluto a Marcos, así que cállate – le digo cada vez más enfadada.
-Pero es que tú tampoco le conoces en absoluto
– me replica insistiendo.
-A ti lo que te pasa es que te mueres de celos
porque te gustaría ser él, te gustaría que estuviese contigo y ya está, pero te
jodes, porque me gusta Marcos, no tú – le grito loca de ira. Todo el mundo se
gira al oírme chillar y Sergio me mira decepcionado, coge la mochila que había
dejado en el suelo y se va sin decir ni una sola palabra más.
-Creo que te has pasado un poco… - me dice
Judith, que lo había escuchado todo, mientras me acaricia la espalda intentando
que me relaje.
-¿Y tú por qué no has venido a por mí hoy? –
le pregunto un poco borde, sin querer.
-Sergio me pidió que no fuese, quería hablar
contigo, aun que ya veo que no te lo has tomado muy bien.
Aixxx qué ganitas tenía de seguir leyendo!!! Y por fín el siguiente capítulo!! :) Pero jolinn!! Me vuelvo a quedar con ganás de más jejeje me está encantando la historia!
ResponderEliminarMarcos pufffff me cae fatal, le echa la bronca a Eva pero él...lo que hará por ahí..ya veremos como sigue la historia! Y Sergio me encanta!! ^^
Me gusta mucho tu historia y me pasaría el día leyéndola. ¡Espero con ansia el siguiente capítulo! :)
ResponderEliminarQue ganas de seguir dios ! Estoy deseando que escribas el siguiente capítulo[^_^]
ResponderEliminarGenial,me encanta la historia estoy super enganchada...cuantos capitulos hay en total?
ResponderEliminarAún no he terminado de escribirla pero le queda muchísimo todavía.
EliminarGRACIAS:)
¡QUE PENA! pobre sergio... no se lo merecía, si tiene razón. Marcos es una mala persona, le va a hacer mucho daño...
ResponderEliminarme está encantando tu historia, espero que no tardes en escribir el siguiente capítulo :) en cuanto a Marcos, es demasiado posesivo y encima para colmo hace lo que critica de hecho por eso duda, el ladrón cree que todos son de su condición :(. Eva va a sufrir junto a él lo que no está en los escritos :(,
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